martes, 24 de diciembre de 2013

Cuento de Navidad (o casi)

Buenas y festivas tardes a todas y todos.
Las calles están iluminadas, los villancicos nos acompañan allá donde vamos y Papá Noel acaba de pasar la ITV a trineo y renos con una falta leve por tema de emisiones en los renos, pero ese es otro tema. Los más tradicionales tendrán sus belenes en el salón y la gran mayoría un bonito árbol de plástico lleno de bolas de colores y espumillón.
Belén expuesto en Trafford Centre
Pues bien, acomódense porque aquí va la GdelB-historia navideña de 2013. No tenía pensado contarla hoy, pero me ha dicho mi editora que en el artículo de la semana pasada faltaba la parte donde informo sobre lo que he estado haciendo toda la semana. Para remediar eso, aquí va una bonita historia basada en hechos reales sucedida el sábado 21 de diciembre de 2013.
Cuando uno vive solo y no tiene que trabajar puede darse el gustazo de desayunar tranquilamente. Eso es lo que hice el "día de autos". Me levanté temprano, a las 9 de la mañana o algo así. No tengo muy claro si me despertó el hambre o las ganas de ir al baño, pero el caso es que a las 9 y 10 estaba preparando café y metiendo los dos primeros trozos de pan en la tostadora. Tostadas con mantequilla y mermelada para acompañar un café con leche calentito ¿Hay algo mejor? A las dos primeras les siguieron las dos segundas y a estas las dos terceras (si que tenía hambre, si...). Cuando acabé la sexta todavía tenía hueco para una más, pero esta ya me la tomé con calma. Tanta calma que me hasta tuve tiempo de ver unas sospechosas manchas verdes en el lateral del pan.
¡La madre que lo parió, si tiene moho!-se escuchó en perfecto castellano.
Después de pensarlo detenidamente me dí cuenta de que ya me había comido 6 tostadas de ese paquete, así que por una más no iba a cambiar mucho la situación. Acto seguido quité la parte con manchitas y metí el resto de la rebanada en la tostadora ¡¡Riquisima oiga!!
Eso si, el resto del paquete ya me dió algo de apuro comerlo, pero me acordé que a 5 min de casa tengo un lago lleno de ocas, patos y de más. Que fueron los grandes beneficiados en esta historia.
Fauna autóctona disfrutando del pan
Tras este emotivo relato y deseándoos lo mejor para estos días, me despido hasta mejor ocasión.

¡Jou, Jou, Jou!

3 comentarios:

  1. Carlitos, lo de que aquí hasta el pan bimbo se pone malo antes de tiempo te irás dando cuenta con el tiempo... ¡Asi que todo a la nevera!

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